MISIÓN Y VISIÓN

Nuestra MISIÓN es transmitir comportamientos basados en el perdón, la restitución y la no violencia.

La VISIÓN es crear una comunidad reconciliadora de todas las personas implicadas y afectadas por el delito, a través de la Justicia Transformativa, no sólo reparando el daño causado, sino transformando la sociedad para que no se necesite encarcelar a nadie, comprender las causas del delito y transformar las condiciones sociales que lo generan para evitarlo, terminar con la violencia y transformar nuestras comunidades.

Las consecuencias del delito son diversas y muy graves. Las víctimas, las personas penadas y sus familias son de los grupos más vulnerables en nuestra sociedad y, a pesar de su proximidad en nuestras vidas, viven rechazadas, escondidas, aisladas, encerradas y menospreciadas. 

Las víctimas del delito generalmente son ignoradas, salvo cuando son necesarias para testificar en el proceso penal. Reciben muy poca atención para recuperarse de situaciones traumáticas y sus necesidades de restitución no son satisfechas por el sistema judicial actual. Por otro lado, el castigo no es la solución, la prisión en sí misma no rehabilita, un alto porcentaje de personas reclusas volverá a delinquir, y existen otras alternativas contrastadas para abordar la problemática delictiva. 

Las personas penadas necesitan la oportunidad de comprender realmente el daño que su delito causa en la vida de otras personas, en su propia comunidad y en la sociedad en general para hacerse responsable, rendir cuentas con la víctima y la sociedad y repararlo. Las familias, víctimas ocultas que sufren y pagan el precio final por los delitos que no han cometido. Niñas y niños, familiares cercanos de personas víctimas y victimarias, en muchas ocasiones, se encuentran entre la población más excluida y desamparada del mundo, y son más pobres, más privados de las necesidades básicas, más estigmatizados, más victimizados y más propensos a cometer crímenes.

Nuestro objetivo es acompañar en una reconciliación pacífica, cumpliendo las normas legales y de convivencia, transmitiendo a la sociedad la necesidad de que la ciudadanía colabore activamente en el cuidado de sus comunidades, un esfuerzo que merece la pena y beneficia a todas y a todos.